Esta cartera de mano esta pintada sobre tela de tergal,con `pinturas especiales para telas y un acabado barnizado para dar vida a la pintura, cuando empezamos un proyecto así, se tarda en tres y cuatro días sólo en dar vida al dibujo, entre capa y capa de pintura se deja secar 24 horas,mas el tramado de cartera, en este caso los botones se pintaron con el mismo color del dibujo, dando así un aspecto mas unificado.
Este es un dibujo antiguo, sacado de una colcha bordada de una tía abuela de mi marido, la colcha de cama en si fue bordada aproximadamente en los años veinte principios de los treinta.
La historia del bordado en Mallorca se remonta muchos siglos atrás,aquí os dejo una pequeña pincelada de esa historia del dibujo tradicional mallorquín,que bordadores de la época dejaban plasmados en distintos puntos de la isla.
Nos quedan bastantes ejemplares de esta época, tales entre otros el Terno de la Parroquia de Petra,bastante bien conservado, en que se representan escenas de la Vida de Jesús, Nacimiento, Adoración de los Reyes, Pentecostés, Asunción, etc. con sus típicos templetes góticos como si se tratare de retablos pintados. En Pollensa; una Capa Pluvial en la Capilla de Santa Ana del Palacio de la Almodaina, con las armas reales; en el convento de San Francisco de esta ciudad de Palma, en Alcudia, Lluc
y en colecciones particulares, etc.
Pero cuando parece que está en auge le Gremio de Bordadores es en el XVI, que llegan a formar el Gremio ellos solos, bajo el patrocinio de Nuestra Sra. De la Clastra, llamado también Cofradía de Ntra. Sra. De la Clastra, de la Seu.
En 1505 tenemos a Francisco Bofill a quien los Jurados de Campanet debían pagarle 80 sueldos por el bordado de un frontal; Carlos Coll quien en 1503 también, bordaba un palio por encargo de Gabriel Ribas; Juan Desí firma contrato con varios canónigos para el bordado de una casulla nueva que se hacía para la Catedral por valor de 100 Libras; era hijo de otro bordador, Miquel, que hace donación en abril de 1508 de una casa „en la calle que va desde la plaça de les Corts, al Castell Real; Bartolomé Frau que entre otras cosas borda para los Obreros de la Cofradía de la Lactancia de Llucmajor, en 1525.
Los Ferrer, que vivían en la calle de los Pintores, hoy Estudio General, en que varias generaciones se dedican al bordado; uno de ellos Pedro, en 1550 firma un contrato con los obreros de la Cofradía de San Sebastián de la Catedral para el bordado de un palio para la capilla del Santo, que se conserva en el Museo catedralicio. Otro bordador, José Arbona, reclama el Vicario de Sineu que se le abone 100 Libras por un trabajo de bordado en las „devanteras“ para el „llit de la Verge de la Asunció.“ Así sucesivamente podríamos dar una lista de bordadores y objetos bordados a lo largo de los siglos.
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